Poitiers es la capital del departamento de Vienne, integrado en Nova Aquitania. A 220 km al norte de la ciudad de Burdeos. Nuestra intención además de visitar la ciudad y alrededores, era conocer el Parque futurista de Futuroscope.
La ciudad de Poitiers es conocida como "la Ciudad de los Cien Campanarios". Una ciudad con más de 2000 años de historia y 80 monumentos que además tiene un ambiente moderno que cautiva al visitante. Está rodeada de valles y dos ríos: el Clain y el Boivre, situándose su casco histórico sobre una pequeña meseta de esta pequeña colina entre ambos ríos.
Sus calles peatonales, con edificios de entramados de madera, palacios, leyendas, está cargada de historia y posee un patrimonio asombroso.
Algunos de los personajes más destacados que dejaron su huella en la ciudad son de la talla de Leonor de Aquitania, Juana de Arco, Felipe IV, el Papa Clemente V, François Rabelais, Rene Descartes o el maestro templario Jacques de Molay, entre otros.
La mejor época para visitar la ciudad es la primavera o el verano, ya que es una ciudad estudiantil y en esas temporadas está muy tranquila. De hecho, el 25% son estudiantes, siendo la primera ciudad estudiantil de Francia.
En 2018 fue elegida por la revista L´Express como 2ª ciudad más atractiva por su calidad de vida.
Estuvimos 4 días, uno de ellos lo dedicamos a Futuroscope y otro a alrededores. Aunque la ciudad la podéis ver en un día, os recomiendo al menos dos si también queréis disfrutar de sus parques y jardines y dos o tres más para visitar alrededores.
En la plaza del ayuntamiento encontramos una oficina de turismo (aunque la principal está junto a la iglesia de Notre Dame la Grande).
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Ayuntamiento |
Nosotros comenzamos la ruta aquí, frente al ayuntamiento. Habían unas bonitas tumbonas de colores que ofrecen descanso al turista y también sirve como lugar de reunión para los jóvenes. La plaza Maréchal Leclerc está llena de terrazas y al fondo un clásico carrousel. Rodeada de edificios imponentes y majestuosos, destaca la fachada del Ayuntamiento, edificada en 1875 de estilo renacentista inspirado en la Ópera de Garnier y el Ayuntamiento de París. En lo alto del campanario, cuatro tigres de plomo vigilan la plaza.
Por la Rue Gambetta, llegamos a la iglesia de Saint Porchaire (siglos XI y XVI), que más bien es un campanario de tres niveles pero que nos pareció realmente bonito. En 1451 se instaló una campana para llamar a las asambleas que se realizaban en la universidad más cercana.Iglesia St. Porchaire |
Seguimos y pasamos por delante de la fachada en obras del Palacio de Justicia (una de las dos salidas del Palacio de los Condes de Poitiers que más tarde recorreremos por la parte de detrás).
Tomamos la Rue des Vielles Boucheries (C/ Antiguas Carnícerias), construida sobre los antiguos fosos del Palacio de los Condes de Poitiers, motivo por el que sus características casas de entramados de madera toman forma curvada.
Llegamos a la plaza de la Liberte, aunque en el centro se sitúa la réplica más pequeña de la estatua de la Libertad de las 6 que hizo Bartholdi, el nombre de la plaza no viene de ahí. Antiguamente se le llamaba plaza de la Picota, ya que era el lugar en el que se ejecutaba públicamente a los condenados a muerte. La revolución instaló aquí la guillotina. En 1822 el general Beton, quien conspiró contra Luis XVIII, murió gritando "¡Viva la libertad!". Desde entonces la plaza tomó ese nombre y en el año 1903 se instaló la pequeña réplica.
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Plaza de la Liberté |
No acaban aquí las leyendas que rodean a esta plaza, que también fue ubicación del mercado antiguamente. En 1753, un hombre llevaba su mula con un cargamento de pólvora. Mientras estaba parado, la mula empezó a dar patadas a los adoquines del suelo e hizo saltar chispas, el pobre animal debió saltar por los aires y todavía se puede ver una herradura incrustada en una fachada a espaldas de la estatua (2º piso del Hotel Prevote). Verdad o no, la herradura ahí está.
Muy cerca encontramos uno de los palacetes más curiosos, el Hotel Fumé. Un edificio un tanto extravagante que perteneció a Pierre Fumé, alcalde de Poitiers allá por el siglo XV. Actualmente es un edificio universitario en el que puedes visitar libremente su patio interior de 8.30 a 17h.
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Hotel Fumé |
Desde aquí podéis ir descendiendo hasta el río Clain, pasando por las iglesias de St. Germain (construida sobre antiguas termas) y la de St. Jean de Montierneuf. Nosotros no entramos y fuimos directamente al Molino de Chasseigne (s. XIX), uno de los paseos más bonitos y románticos a orillas del río Le Clain. La primera mención de los dos molinos de harina Cassinis más antiguos conocidos en el Clain se remonta a principios del siglo XI. En el siglo XIV cuatro molinos fueron atestiguados en Chasseigne, dos de los cuales fueron comprados por el municipio en 1316. En los alrededores de la ciudad hay entonces una veintena de estas estructuras hidráulicas destinadas a moler el trigo, trabajar el hierro o hacer papel. El molino actual fue reconstruido a principios del siglo XIX. El molino que se instaló allí en 1878 cayó en el abandono, hasta que en la década de 1980 se instaló allí una base de canoa y kayac.
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Molino de Chasseigne |
Llegamos al puente Joubert donde un poco más adelante encontramos la iglesia de Sta. Radegonde, una de las patronas de la ciudad. Al otro lado del puente están las Escaleras de las Dunas, desde donde hay bonitas vistas a la ciudad tras subir sus 217 escalones.
La Santa fue precursora de la primera abadía femenina de Francia. Antes de ingresar como monja, estuvo casada con el rey de los francos Clotario I, el cual mató al hermano de esta, lo que fue motivo de su huida hacia Poitiers. La reina Radegonde se encontró con un granjero sembrando avena. Le pidió que dijera que no la había visto si algún soldado preguntaba. De repente, la avena creció de tal forma que pudo esconderse quedando a salvo.
Murió en el año 587 y está enterrada en la iglesia que lleva su nombre. Su tumba fue profanada en 1562, pero lograron encontrarse algunos de sus huesos.
Muy cerca encontramos el Museo de la Santa Cruz (Sainte Croix) con colecciones únicas y piezas recogidas durante los 2000 años de la ciudad. El edificio fue el antiguo monasterio fundado por la Santa Radegonde y también tiene su leyenda.
Cuentan que las noches de tormenta el río crecía e inundaba los sótanos de la abadía. Cuando esto ocurría, un dragón acudía a comerse los víveres que allí se guardaban o a alguna pobre monja que tuviera la mala suerte de encontrarse por ahí en esos momentos.
Santa Radegunda que debía estar harta ya, se armó de valor y comenzó a arrojarle pan bendito hasta que murió.
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Baptisterio y Museo Santa Cruz |
El Baptisterio de San Juan se encuentra enfrente. Estamos ante uno de los monumentos cristianos más antiguos de todo Occidente con una pila bautismal por inmersión del siglo V de forma octogonal. En su interior hay murales de los siglos XI, XII y XIII y sarcófagos merovingios.
Catedral de Saint Pierre |
Muy cerca se encuentra la imponente Catedral de Saint Pierre, que se comienza a construir en el año 1150, siendo el primer monumento gótico de la ciudad. La fachada occidental tiene tres puertas y dos torres. La puerta central tiene imágenes dedicadas al Juicio Final, la puerta izquierda a la muerte y coronación de la Virgen María y la puerta derecha dedicada a la incredulidad y el apostolado en la India de Santo Tomás tras ver al Resucitado.
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Vidriera La Crucifixión, Gárgolas de la fachada, detalles de la sillería y el órgano de Clicquot. |
Su interior es muy luminoso y de grandes proporciones con casi 100 m. de larga y una bóveda central que alcanza 28 m. de altura. Destaca su conjunto de vidrieras de los siglos XII y XIII y los cerca de 900 m2 de recién restauradas pinturas murales del siglo XIII. Conserva uno de los mejores órganos de toda Francia creado en 1791 por Clicquot, la prestigiosa familia de organistas parisinos.
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Fábricas artesanales de paraguas de François Frères en la Grand Rue. |
Al salir de la catedral cogimos la Grand Rue para dirigirnos hacia Notre Dame la Grande. La calle es del siglo IX y dicen que es la más antigua de Europa constatada en un mapa que se conserva. La calle tiene dos palacetes: el Hotel de Briey y el de Rochefort. Además de casas de entramados de madera y tiendas de artesanos. Una de las más antiguas está en el nº 137 donde se encuentra una de las últimas fábricas artesanales de paraguas de toda Francia, la de François Frères. Sin duda, un bonito souvenir que llevarse de Poitiers.
Notre Dame la Grande |
La iglesia de Notre Dame la Grande es una auténtica joya del románico, tanto por fuera como por dentro. Construida en XI, fue consagrada en el año 1086. Su fachada se realizó la primera mitad del s. XII y está completamente esculpida con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, desde Adán y Eva hasta el bautismo de Jesucristo. En el segundo nivel los doce apóstoles y dos obispos y arriba del todo Cristo con dos representaciones del Sol y la Luna encima. Sus escenas completamente coloreadas eran admiradas por todo aquel que las contemplase. Aún quedan restos visibles y durante las noches de verano se recrea la policromía por los artistas de Skerzo, lo que lo hace más alucinante aún al poder ver cómo era antiguamente.
Notre Dame la Grande de noche con el espectáculo que recrea la policromía medieval. |
En el interior, admirarás los murales en la bóveda del coro del siglo XII y las columnas que conservan muy bien las diferentes policromías, creando unos pasillos bellísimos. Destaca una vidriera que ilustra el interrogatorio de Juana de Arco en su visita a Poitiers. No me extraña que sea una de las iglesias románicas más bellas de Francia.
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Interior de la iglesia de Notre Dame, restos de la policromía de la fachada y vidriera dedicada a Juana de Arco y a la leyenda de la Virgen. |
Cómo no podía ser de otra manera, hay una leyenda. Se dice que cuando los ingleses intentaron tomar la ciudad en el s. XIII, le ofrecieron dinero al secretario del alcalde a cambio de las llaves de Poitiers. Cuando el traidor se disponía a cogerlas, estas desaparecieron ante él. Mientras los ingleses esperaban ante las puertas de la ciudad, tuvieron una terrorífica visión y comenzaron a matarse entre ellos. Al día siguiente, las llaves aparecieron en las manos de la Virgen.
En la plaza se instala por las mañanas un pequeño mercado donde además de encontrar productos locales, hay antigüedades, libros y curiosidades. La plaza tiene casas de arquitectura características, siendo una de ellas la Oficina de Turismo. Por la parte trasera de la iglesia hay terrazas donde tomar algo, comer o cenar.
Siguiendo por la rue Notre Dame, frente a la fachada principal de la iglesia, y continuando por la rue des Cordeliers, rodeamos la parte trasera del conjunto medieval del Palacio de los Condes de Poitiers, encontrando un pequeño jardín y replaceta donde se juntan algunos jóvenes. Aquí contemplamos la Torre Maubergeon del año 1104, como denominaba la corte merovingia a las torres de vigilancia. Cuentan que Guillermo VII, duque de Aquitania y considerado uno de los primeros trovadores, se enamoró perdidamente de una noble casada. La secuestró y la cerró en la torre para tenerla cerca. La torre fue restaurada en el siglo XIV por Jean de Berry, añadiendo grandes ventanas góticas y estatuas.
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Palacio de los Condes de Poitou-Duques de Aquitania |
Empieza su construcción poco después del año 1000 apoyado en la antigua muralla. Este palacio pasa por diferentes usos y reformas. En la plaza Juana de Arco, se puede ver los restos de la primera torre del año 1100. A partir del siglo XIII empieza a desarrollar funciones administrativas , hasta que tras la Revolución Francesa se convierte en Palacio de Justicia hasta el año 2019. Su visita es gratuita.
La que fuera residencia de los Condes de Poitou-Duques de Aquitania fue el lugar en el que vivió la dos veces reina Leonor de Aquitania (primero de Francia y después reina de Inglaterra), también es conocida por ser la madre de Ricardo I de Inglaterra apodado "Corazón de León". Una mujer de armas tomar y la más poderosa en la Europa de la Edad Media. Reinó durante 70 años y murió con 82. Una biografía fascinante la suya que ha sido recogida en muchos libros y adaptaciones cinematográficas.
Otra de las mujeres francesas más afamadas es Juana de Arco. En esta ciudad tuvo lugar el juicio en el que se la examinó e interrogó el año 1429 antes de dirigir el ejército real tras serle reveladas las indicaciones para acabar con la Guerra de los Cien Años que enfrentaba Inglaterra con Francia mediante distintas visiones divinas del Arcángel San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita. Tras varias victorias se ganó la confianza del rey Carlos VII. Aunque por lo visto, no le sirvió para que este intercediera por ella tras ser condenada por herejía a morir en la hoguera con tan sólo 19 años.
La joven heroína se convirtió en símbolo de la unidad nacional y patrona de Francia tras ser beatificada en 1909 y canonizada en 1920.
Una última curiosidad sobre la ciudad de Poitiers que quiero compartir con vosotros nos lleva al barrio de Carnot durante junio de 1940. Casi todo este mes, la ciudad fue capital del reino belga dado que aquí se refugió su gobierno en la II Guerra Mundial. Dentro de la comisaría de policía se encuentra una réplica del Manneken Pis que les regalaron en señal de agradecimiento. Nosotros nos hemos enterado de este dato después, pero no queremos que os lo perdáis si os resulta interesante.
Poitiers es una ciudad fascinante y muy cómoda para visitar en familia. Los alrededores también están llenos de sitios únicos como Defiplanet, el primer parque de atracciones basado en la preservación de la Naturaleza.