Este viaje lo hicimos con coche propio. Nuestra base en Suiza son las afueras de su capital, Berna. Un barrio residencial muy tranquilo cercano al río y con todos los servicios próximos. Estuvimos en una casa gracias a Homeexchange, la mejor manera de ahorrar en tus viajes.
Desde aquí nos movimos fácilmente, ya que las carreteras son muy buenas y la conducción muy correcta, lo que hace que sea bastante seguro viajar en coche por el país. Eso sí, nada más cruces la frontera compra la vignette, una pegatina que has de pegar en el parabrisas para evitar multas. Se compra en cualquier gasolinera, para circular por todas las carreteras. Así no tendrás problemas. Creo que nos costó 45 euros y sirve para un año.
En 8 días en Suiza visitamos:
Día 1. Ginebra - Llegada a nuestro alojamiento en Berna
Día 2. Avenches - Murten y Friburgo
Día 3. Maison du Gruyère - Castillo y pueblo de Gruyères - Maison Cailler y Castillo de Chillon.
Día 4. Blausee Naturpark - Lauterbrunnen - Interlaken - Spiez y Thun
Día 5. Lucerna
Día 6. Berna
Día 7. Cataratas del Rin - Steim am Rhein - Zürich
Día 8. Basilea y cambio de alojamiento (Selva Negra)
Mapa de los lugares visitados
👉 Pasamos a compartiros nuestra ruta:
Día 1: Ginebra y llegada a Berna (alojamiento)
🚗 160 km.
Sede de las Naciones Unidas en Ginebra |
Es una ciudad que se puede ver en un día. Bajo el Puente Jonction, donde se unen el río Arve con el río Ródano, encontramos unas naves que se han convertido en espacios de ocio gratuitos para practicar deportes, con el préstamo gratuito de material. Skate, vóley playa (con su arena y todo), columpios, actividades como pintar graffittis, tumbonas, mesas de picnic, fuentes de agua y espacio de baño con su chiringuito. L´Asphalt abre hasta principios de octubre.
El mejor lugar donde se ve la unión de ambos ríos y se distinguen los diferentes colores de sus aguas es sobre el puente, pero aquí también puedes llegar al lugar en el que se encuentran. Es curioso ver cómo se dejan llevar por la corriente, una práctica muy habitual en el país.
Un lugar para ver es el Jet d´Eau, un chorro de agua en el lago Lemán que llega a alcanzar 140 metros de altura y es visible desde muchos puntos de la ciudad.
La Sede de las Naciones Unidas es un indispensable, se ofrecen visitas guiadas y se recomienda reservar al menos con tres meses de antelación AQUÍ. Nosotros no encontramos disponibilidad para las fechas, así que nos quedamos en las puertas. La plaza donde se encuentra está repleta de chorros y en verano resulta muy divertido para los peques. La escultura Broken Chair fue instalada en protesta contra las minas antipersona.
En esta ciudad nació el filósofo Jean-Jacques Rousseau, concretamente en la Grand-Rue. Pasear por las calles del casco histórico, visitar la catedral de San Pedro (s.XII), descubrir sus muchos museos, o descansar en alguno de sus parques como el Jardin Anglais donde se encuentra el reloj de flores son las mejores opciones para conocer la ciudad.
Desde aquí y en poco más de una hora y media nos plantamos en Berna, donde teníamos nuestra casa de HomeExchange.
Día 2: Avenches, Murten y Friburgo.
🚗 26 km
Anfiteatro de Avenches |
Siguen realizándose trabajos arqueológicos y vale la pena recorrer las bonitas calles de este pequeño pueblo.
Llegamos a Murten a la hora de comer y lo hicimos junto al castillo, en una plaza con vistas al lago y a la sombra de grandes árboles. No éramos los únicos, ya que muchos que parecían ser trabajadores de la zona y se acercaban hasta allí con sus fiambreras.
Murten |
Murten es uno de esos pueblos que te conquistarán en Suiza. Podéis subir a la Torre del Homenaje que fue prisión y entrar gratuitamente. Su muralla es la mejor conservada del país y podéis recorrerla libremente. La calle del centro es una de las más bonitas, llena de soportales, comercios y restaurantes. Cruzamos la puerta de Berna del s. XVIII con su reloj del año 1712. Se puede bajar al lago donde practicar deportes acuáticos, subir a un barco, tomar algo en una terraza o simplemente pasear por la orilla.
Friburgo fue nuestra última parada del día. Una ciudad con mucho desnivel y a la que dedicarle tiempo. Aparcamos cerca de la catedral gótica de San Nicolás, que os recomiendo visitar, pues es una maravilla. También podéis subir a su torre, a 74 metros de altura. Por esa misma calle hacia abajo llegaríamos a la parte mejor conservada de la Edad Media, con el puente de Berna y algunas casas del siglo XIII. Junto al Museo de las Marionetas, otro de los muchos puentes de la ciudad, el Puente de Milieu, tiene unas preciosas vistas a la parte de la catedral y bajo el cual hay una zona con césped ideal para darse un chapuzón y descansar. Esta zona nos parece un pueblo estancado en el medievo, es precioso.
Vistas de Friburgo desde la parte baja |
Hay un funicular propulsado por aguas residuales que lleva funcionando desde 1899 y conecta la parte alta y baja de la ciudad.
El Ayuntamiento del siglo XVI tiene una bonita torre con reloj y está en una bonita plaza con una de las once fuentes históricas en medio. Desde aquí subimos hacia la parte alta, con concurridas calles llenas de comercios y terrazas. Desde la calle principal se ven también calles con escaleras (algunas de ellas cubiertas).
Os recomiendo subir hasta la ermita de Loreto, para mí el mejor mirador de la ciudad y desde donde podréis subir libremente a alguna de las torres, puertas y tramos de muralla ya que están abiertas al público.
Día 3: Gruyères y Castillo de Chillon.
🚗 61 km
Decidimos visitar a primera hora la Maison du Gruyère, la fábrica del famoso queso que fue pionera en realizar demostraciones para dar a conocer el proceso de elaboración de este producto.
Después, subimos hasta el precioso pueblo de Gruyères donde visitamos su castillo, recorrimos las calles, entramos a comer algo en el bar de HR Giger y disfrutamos de las vistas desde su muralla. El castillo es un museo y existen dos más: un museo del Tibet y el de HR Giger.
Por la tarde realizamos una visita muy dulce a la Maison Cailler, la marca de chocolate más antigua del mundo y la primera en fabricar el chocolate con leche.
Castillo de Chillon |
Tras esta visita cultural y gastronómica a Gruyères, nos marchamos al Castillo de Chillon. Aunque es complicado aparcar, lo conseguimos. Disponíamos de poco tiempo, ya que debíamos regresar a Berna y no pudimos detenernos en Montreaux. Lo ideal hubiera sido dar un paseo por la ciudad y llegar andando hasta el castillo por la orilla del lago Lemán. Si tenéis tiempo, el paseo son 45 minutos o con el autobús 201.
Día 4: Blausee Naturpark, Lauterbrunnen, Interlaken, Spiez y Thun .
🚗 89 km
Este día fue muy especial porque visité dos de los lugares que me enamoraron nada más verlos por Instagram: Blausee y Lauterbrunnen. Debían estar incluidos en el viaje sí o sí. No me defraudaron.
Blausee |
Comimos en ese mágico paraje y pusimos rumbo a otro de los lugares que más ganas tenía de conocer: Lauterbrunnen. Este paisaje es brutal y has de incluirlo en tu viaje a Suiza. Se puede subir a la cascada gratuitamente. La subida es costosa, pero vale la pena para ver el valle. Se pasa por el interior de la montaña y te encuentras tras la cascada. No llevaba mucha agua, pero valió la pena por las vistas. Me hubiera gustado quedarme mucho más tiempo realizando alguna ruta o adentrándome más en el valle de las 72 cascadas.
Lauterbrunnen |
Pasamos por Interlaken sin pena ni gloria. Es un lugar bonito, para hacer base entre los lagos y realizar rutas cercanas. Desde aquí pasamos a visitar Spiez, este pueblo es precioso con las vistas al lago y zonas de baño. Las mejores vistas las encontrarás desde su castillo. La zona del puerto está llena de restaurantes, terrazas y amplias zonas de juego.
Lago de Thun (Spiez) |
Llegamos a Thun al atardecer y estuvimos un par de horas que fueron suficientes para recorrer el casco histórico y disfrutar de su ambiente. En sus puentes se practica surf aprovechando las corrientes que se forman y otros jóvenes realizaban acrobacias sobre unas cuerdas. Subimos hasta su castillo convertido en hotel restaurante que también alberga el museo de historia. Bajamos por las escaleras y encontramos un centro histórico con muy buen ambiente y lleno de terrazas cercanas al río donde también vimos una noria. Su plaza del ayuntamiento es una preciosidad, no dejéis de visitarla.
Día 5: Lucerna
Lucerna es una de las ciudades que te arrepentirías si no la visitas. Rodeada de montañas y a orillas del lago de los Cuatro Cantones conserva uno de los puentes de madera más antiguos del mundo y un centro histórico con magníficos frescos en sus fachadas.
Dejamos el coche en la zona de la estación del tren y cerca de la oficina de turismo donde cogimos un mapa y nos recomendaron el itinerario.
Comenzamos la visita desde Bahnhofplatz y nada más cruzar lo primero que vemos es el Kapellbrücke (Puente de la Capilla) con su Torre del Agua, la imagen más conocida de la ciudad. Este puente tiene una longitud de 200 m. y fue reconstruido tras sufrir un incendio, en el siglo XIV fiel al anterior. En sus techos se guardan una colección de pinturas de Hans Wagman del siglo XVII que tratan temas religiosos e históricos.
Entramos a la iglesia jesuita con sus dos torres características situada junto al río. Esta iglesia es el primer edificio barroco de Suiza (año 1666). Desde aquí continuamos paseando hasta el segundo puente en madera, el Spreuerbrücke, para dirigirnos a las murallas y recorrerlas libremente pasando por sus torres entre las que destaca la del reloj.
Bajamos al casco histórico donde es imprescindible pasar por sus plazas, fijarse en sus fuentes, entrar en alguna tienda y disfrutar del buen ambiente de la ciudad.
No olvidemos acercarnos al Jardín de los Glaciares donde se encuentra el León Moribundo esculpido en la roca. La escultura homenajea a 800 soldados suizos que murieron en París durante la Revolución francesa. Muy cerca se encuentra la iglesia Hofkirche y el puerto desde donde puedes coger un barco para recorrer el lago o simplemente dar un bonito paseo disfrutando del paisaje.
Día 6: Berna
Las muchas fuentes renacentistas que encuentras tienen diferentes significados, están muy decoradas y son muy coloridas. El Ayuntamiento es de estilo gótico tardío y junto a él se encuentra la iglesia de San Pedro y San Pablo. Volvemos a la calle Kramgasse para detenernos frente al Zytglogge (Torre del reloj) donde 4 min antes de cada hora comienza el espectáculo de este carrusel con reloj astronómico de 1530. La torre es de construcción muy anterior y fue la primera puerta de la ciudad.
Kramgasse con el Zytglogge al fondo
Durante el mes de agosto todos los sábados los museos de Berna son gratuitos. Si vais en estas fechas os recomiendo madrugar para aprovecharlo, ya que cierran pronto y hay mucho que ver. En la calle principal pudimos visitar gratuitamente la casa de Einstein. Un apartamento bastante pequeño, en el que vivió dos años y desarrolló algunas de sus teorías como la de la relatividad.
Hay que visitar la catedral que tiene una plataforma a 101 metros de altura y es la más alta de Suiza. En su entrada está representado el Juicio Final con más de 200 figuras policromadas. Podéis reservar online la visita gratuita al Parlamento sería otro espacio para conocer. Si no habéis tenido esa suerte, igual es bonito visitarlo desde fuera. Delante hay algunos chorros de agua para refrescarse en verano y la parte trasera es ideal para descansar, comer al aire libre, jugar una partida al ajedrez o disfrutar de las preciosas vistas. Desde aquí veréis el río Aare y a su lado unas piscinas con toboganes y amplias zonas verdes completamente gratuitas. Están en el barrio hipster de Marzili, muy de moda actualmente.
Aunque las mejores vistas están en el Rose Garden, incomparables al atardecer y con muy buen ambiente. No olvidéis al bajar por un sendero haceros una foto con Einstein sentado en un banco. Cogimos el coche y nos acercamos hasta el Centro Paul Klee. Aunque estaba ya cerrado, el edificio nos gustó mucho.
Día 7: Cataratas del Rin, Steim am Rhein y Zürich
🚗 78 km
Cataratas del Rin |
Estando tan cerca del salto de agua más grande de Europa, decidimos ir a verlo. Entramos por la parte suiza, donde está el castillo de Laufen. Vas bajando diferentes niveles hasta llegar a una altura donde casi tocas el agua. La fuerza del agua es brutal y aún así la roca central desafiante, aguanta. Se puede acceder a ella en barco por 20€, pero hay diferentes circuitos desde 5€. Puedes subir después por un ascensor. La zona tiene parque infantil, zona de picnic y barbacoas.
Desde aquí nos acercamos a Steim am Rhein, un pueblo donde el lago Costanza vuelve a convertirse en el río Rin. Fue premiado en 1972 por la Sociedad de Patrimonio Suizo por sus magníficas casas de frescos y entramados de madera. En un edificio junto a la oficina de turismo se recrea un hospital y albergue que hubo antiguamente. Este pueblo también conserva el monasterio de St. George de la Edad Media.
Steim am Rhein |
La tarde la reservamos para conocer Zurich, la ciudad más poblada del país aún sin ser su capital. La primera visita que hicimos fue al Museo FIFA, inaugurado en el año 2016. Aunque no seáis amantes del fútbol, os lo recomiendo. Es un indispensable. A través de sus 3 plantas, conocerás la historia de este deporte, encontrarás multitud de juegos interactivos, trofeos, cine, biblioteca, souvenirs, bar/cafetería, todas las selecciones, sus mascotas e incluso puedes hacer de locutor o marcarte unos bailes.
Museo FIFA |
El río Limmat divide el centro histórico en dos. Las dos torres de la iglesia protestante de Grossmünster se ven desde casi todos los puntos de la ciudad y se puede acceder a una de las torres. Entre los lugares que hay que ver en Zurich está su bonita Ópera, la calle Bahnhofstrasse (la más cara de Europa), el jardín bótanico y el barrio Lindenhof. Este barrio fue el origen de la ciudad y se encuentra entre la calle Bahnhofstrasse y el río. Sus calles empedradas suben hacia una colina desde donde obtendrás las mejores panorámicas de la ciudad. Como en todo Suiza, las calles están muy cuidadas al igual que sus fachadas y no parece un barrio antiguo. Una de las calles que más me gustaron fue Niederdorf con sus tradicionales balcones pintados y llena de banderas.
Día 8: Basilea.
Era nuestro último día en Suiza y aprovechando que íbamos a la Selva Negra, pasamos la mañana conociendo Basilea. Desde la Oficina de Turismo nos recomendaron varias rutas o la combinación de algunas de las cinco. Mapa en mano y según nuestros gustos, recorrimos lo que nos pareció indispensable.
Subimos al casco antiguo y encontramos Labyrinth-platz, un verde rincón con vistas a los tejados de la ciudad. La Puerta Spalentor es una de las más impresionantes que verás en la ciudad.
Patio interior del Ayuntamiento
Bajamos por la calle Spalenberg en la que hay placas en el suelo con nombres de conocidos nacidos en la ciudad, entre ellos Roger Federer. Llegamos al Ayuntamiento con su tono rojo llamativo y con un patio interior completamente cubierto de frescos con el mismo tono de fondo y escudos de los doce cantones (faltan el de Tesino y el de Ginebra, cantones que se añadieron más tarde).
Bonita plaza con fuente y la Puerta Spalentor al fondo
Subimos a su catedral, preciosa y bastante grande. Aquí se encuentra la tumba de Erasmo de Rotterdam. En la parte trasera de la iglesia hay un claustro con nichos de nobles químicos y alquimistas que huyendo de la inquisición, llegaron hasta aquí. De hecho, la ciudad tiene una gran industria de tradición farmaceútica. Saliendo por la parte trasera de la iglesia hay una pequeña plaza con magníficas vistas al Rin y a la parte más moderna de la ciudad. Puedes utilizar el trasbordador para cruzar a la otra orilla.
Si te gusta visitar museos, en Basilea no te aburrirás porque hay cerca de 40.
Tenemos muy buenos recuerdos de Suiza, aunque lugares como Ginebra o Lausanne no nos llegaron a convencer, el resto del país es precioso...Berna, Basilea o Lucerna son ciudades muy bonitas, y qué decir de los pueblecitos como Steim am Rhein, Murten o Gruyères y su precioso castillo...aunque para castillos el de Chillon...qué pasote. No visitamos Zurich.
ResponderEliminarPues una ruta de los más aprovechada. Yo añadiría que si tienes 3 o 4 días más, la zona de Zermatt es tanbién muy chula. Y si llega el presupuesto, subir al Jungfraujoch para disfrutar del glaciar Aletsch desde lo alto, es una maravilla. Supongo que en Gruyeres aprovecharíais para comprar queso o hacer una fondue!
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