Hicimos parada expresamente para ver la casa de Dulcinea y para comer. Aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo, repleto de frases sacadas del libro de Cervantes.
" Y ENTRARON EN EL TOBOSO...", es la primera de las 14 frases que has de seguir para llegar al fin de la ruta literaria... La casa de Dulcinea. Estas frases las iras encontrando (con alguna letra caída, ¡qué pena!) por las blancas paredes o en piedra de las casas del pueblo.
Cuentan que la casa perteneció a una mujer de la que el autor estaba enamorado, Ana Martínez Zarco de Morales y se inspiró en ella para su personaje femenino. Es en la casa de dicha mujer que se recrea la de Dulcinea (Dulce Ana), también museo de tipo etnológico. Reconstruida en los años sesenta, muestra curiosos muebles y objetos de un típico caserón manchego del siglo XVI. Unas estancias, cocina y patio con encanto.
Para comer nos aconsejaron ir al Hostal Restaurante El Quijote. Tienen un menú degustación con el que comen dos y hasta tres personas por muy buen precio. Comimos genial y probamos toda la gastronomía manchega de una sentada (incluyendo quesos y jamones). Hay menú del día por 9 euros si lo prefieres.
¡Qué manjares! ¡Las migas más buenas que he probado! Y el pisto, las gachas,... todo casero y exquisito. |
Si dispones de más tiempo no dudes en visitar el "Pequeño Escorial de La Mancha", declarado Monumento de interés cultural. El Convento y Museo de las Trinitarias, del siglo XVII, alberga en su interior un museo con valiosas pinturas, bordados en oro, orfebrería, etc.
Enseres de cultivo, herramientas y diferentes útiles en el Patio de la casa |
El Toboso esta ubicado en un inmejorable lugar para descubrir buena parte de la Ruta de Don Quijote.
Patio exterior de la casa de Dulcinea y pozo. |
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