Nuestra llegada a Cangas de Onís fue un tanto peculiar. Llegamos, buscamos aparcamiento y cuando nos disponíamos a marcharnos... ¡la ventanilla de atrás que no se subía!
¡Al traste con nuestros planes y a buscar un taller!. Percances leves que le ocurren a uno cuando va por ahí y nunca piensa que pueden pasar.
Bueno, nos dio tiempo de visitar bien el pueblo y hacernos un reportaje fotográfico en el puente más famoso de toda Asturias. Ese que papá nos dijo que sale siempre en la Vuelta ciclista a España.
Comimos muy cerca en un paseo peatonal desde donde veíamos todo el trajín de gente que iba a ver el puente. Mi hermana se pidió fabada, ¡le encanta!.
Después tuvimos que hacer tiempo hasta que abrieran el taller y arreglasen la ventanilla. Así que paseamos por sus calles donde hay muchos bares, tiendas de recuerdos y paramos a merendar en un parque que estaba lleno de terrazas.
Vacas por todas las tiendas de recuerdos. |
Lo malo es que se nos hizo tarde para visitar los lagos. Fue una pena, porque hacia muy buen día y cuando planeamos ir llovió y se nubló tanto que nos aconsejaron desistir porque no veríamos nada. Pero eso es otra historia.
Santa cueva de Covadonga donde descansan los restos de Don Pelayo |
Otra curiosidad es que al famoso puente lo llaman romano y sin embargo es de la época medieval.
Cerquita del aparcamiento esta la preciosa ermita de la Santa Cruz, nada más cruzar el río Sella, y esta sí que fue templo en la época romana. Se cree que anteriormente fue un monumento funerario, en el interior se puede ver un dolmen.
Ermita de la Santa Cruz |
También se pueden ver algunos palacetes y casas de Indianos. Algunos de ellas en un estado ruinoso.
Es un pueblo bastante grande. Los domingos celebran un mercado en una plaza porticada cerca de la iglesia de Santa María.
Palacio Pintu y detrás la plaza del Mercado. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y monumento a Don Pelayo.
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Seguro que alguna vez os ha ocurrido alguna...
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