La Feria de San Andrés se realiza el último fin de semana de noviembre y marca la entrada de las fiestas navideñas. Es una de las ferias agrícolas y ganaderas más antiguas y con más repercusión de la provincia. Hay maquinaria, tractores, coches y herramientas para cuidar del campo y el ganado.
Las niñas disfrutan mucho viendo algunas reses de cerca, conociendo distintas especies o razas bovinas y ovinas (que hay muchísimas) o contemplando algunas costumbres del campo.
Aunque estas actividades conllevan un riesgo y es que si por mis hijas fuera montamos una granja en casa. ¡Se llevarían toda clase de animales!
La tradición de este mercado se remonta al año 1260, pero fue Germana de Foix, segunda mujer de Fernando el Católico, la que en el año 1507 otorga el privilegio de tener dos ferias. La de Cuaresma acabó desapareciendo, pero esta de San Andrés ha logrado permanecer hasta nuestros días creciendo cada año más. Actualmente cuenta con alrededor de 400 puestos.
Dimos un paseo por el mercado deteniéndonos en las paradas de piezas para el Belén, algunas piezas estaban muy trabajadas y otras eran muy curiosas.
Puedes adquirir también algunas artesanías o comprar dulces y turrones caseros. Nosotras no pudimos resistirnos a las almendras garrapiñadas que nos encantan.
Pasamos una mañana distinta y por la tarde nos acercamos a Vilafamés, uno de los pueblos que han sido añadidos a la red de Pueblos Más Bonitos de España, pero eso ya os lo contamos en otro post (podéis verlo pinchando en el nombre del pueblo).
Pasamos con el coche por la rotonda en la que está el conocido Arco de Cabanes, paralelo a la Via Augusta, del siglo II dC.
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